Joel 2:12-14
“Ahora bien -afirma el Señor-, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque Él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga. Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras de si una bendición. Las ofrendas de cereales y las libaciones son del Señor su Dios.”
2 Crónicas 20:3-4
“Atemorizado Josafat decidió consultar al Señor y proclamó ayuno en todo Judá. Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda al Señor.”
2 Crónicas 20:3-4 (Versión Dios Habla Hoy
“Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá, y la gente de Judá se reunió para pedir ayuda al Señor. De todas las ciudades de Judá llegó gente.”
Mateo 6: 16-18
“Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.“
El ayuno era practicado por los judíos desde hacía muchísimo tiempo, pero el sentido que Dios le dio al ayuno era algo del corazón, con sentimientos de depender de Dios.
Si voy a ayunar, no se trata de hacer una “huelga de hambre”, sino más bien es un tiempo de ir a Dios en oración. Si siento miedo, voy a orar. Si hay sentimientos en mi vida que no están en dominio de Dios, tengo que ayunar. Así como lo hizo el rey Josafat que sintió mucho miedo, lo habló con todo el pueblo para que ayunaran en busca de la ayuda del Señor.
El ayuno es dar todo de uno mismo para la reconciliación con Dios. El ayuno no es un sacrificio con el que pueda enmendar mis acciones, más bien es un sacrificio para “preocuparnos” o “dedicarnos” a orar más profundamente. Es para estar todo el tiempo pensando en Dios. El ayuno demanda de todo tu corazón, un corazón entregado a Dios, como cuando Jesús fue tentado en el desierto… Cristo puso todo de sí en su ayuno a Dios.
Lucas 18:9-14
Debo cuidar mi corazón perverso y engañoso. Si ayuno, no tengo por qué sentirme mejor que otros hermanos, ni mucho menos seguro de mi mismo de ser justo, porque no lo soy. Al contrario, debo tener la humildad que tuvo Cristo
No estoy ayunando porque quiero mostrarles a mis hermanos que soy increíble (porque no lo somos), sino porque amo a Dios y veo mi vida necesitada de dedicarme a tener confianza y seguridad en Dios.
Si tengo miedo, vergüenza, tristeza, malos deseos, odio, rencor, distancia de otro, prejuicios, descomprometido……. Tengo que ayunar.
No voy a aparentar, pues eso no es ayunar.
Isaías 58:1-12
El ayuno es una dedicación a Dios de nuestra vida, lejos de lo que diariamente hacemos con nuestro cuerpo y tiempo. Nadie ayuna sin un motivo. El que se abstiene lo hace para el Señor. Pero lo importante es renunciar a la injusticia, compartir tus bienes con los demás.
El ayuno mostrará la luz de Dios y su gloria en tu vida. Esto es profundizar en tu relación con el Padre.
Hechos 13:2-3
Orar y ayunar son la clave para la toma de decisiones. En tu oración encontrarás la respuesta de Dios a las peticiones.
Los apóstoles oraron, luego fueron a predicar la Palabra. El ayuno los enfocó en lo principal: “amor por Cristo.”
Algunos ayunan la primera comida del dia; otros dejan de prepararse algún alimento hasta la noche; otros dejan de ingerir alimentos por más de un día; otros evitan algo que es "típico" y que les "encanta" comer en el dia (chocolates, galletas, pan, azucar, helados, golosinas, etc); otros ayunan internet, películas, televisión o programas favoritos, dejan de asistir al estadio u otros lugares favoritos, etc...
Algunos estan delicados de salud y sería muy negativo que dejaran de "alimentarse". Por eso, se sabio en decidir cómo llevar a cabo tu ayuno delante de Dios, y puedes pedir consejo con tu discipulador.
Es importante que no perdamos de vista lo que estamos haciendo: ayunando, es decir, cambiando lo común por la oración.
Como discípulos oraremos y ayunaremos por nuestros corazones, para que cambien todos los días, constantemente; por los amigos que compartimos la fe y van a estudiar la Biblia; por perder el miedo y los sentimientos malos de tu corazón; para dar frutos en ti y en hombres nuevos; por alguna decisión que tomar.
“Dios escucha las oraciones cuando de corazón lo buscamos a El antes que lo que deseamos”
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