martes, 17 de agosto de 2010

DECIDAMOS AMAR

“Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera.” (1 Timoteo 1:5) 
Timoteo era un discípulo muy fiel, más a su corta edad ya dirigía una iglesia grande en Éfeso y estaba teniendo diversas pruebas al tratar con tantos hermanos y hermanas. Pablo su gran amigo y padre en la fe para él comienza a enseñarle las cosas que debía hacer. Las desiciones parten de Timoteo, luego enseña a los demas.
Me animan mucho estas cartas a Timoteo, puedo sacar tanta enseñanza para mí. Hoy te comparto esto que aprendí y que de seguro te servirá mucho tí, y para esto será necesario que leas estos breves capítulos de tu Biblia. ¿Te parece? Entonces vámos!

¿Qué es lo que Timoteo debe hacer?
Ordenar la iglesia, es decir, a algunos hermanos. Debe mandar a los supuestos maestros que estaban en la iglesia de Cristo del primer siglo enseñando “doctrinas falsas”, además de darle demasiada importancia a las leyendas y genealogías.

¿Para qué debe hacerlo así?
Para que de la vida de los discípulos (maestros enseñando doctrinas falsas) brote el verdadero amor. Todo lo que hacemos lo hacemos por amor, sea trabajar, estudiar, hablar con el vecino, comprar, pagar alguna cuenta, enfrentar algo, visitar a alguien, reprender a alguno, etc. Todo lo que hacemos lo llevamos a cabo movidos para amar. Hermanos, ésta debe ser siempre nuestra actitud, porque Jesús tenía esta actitud (Filipenses 2:1-5)

¿Por qué debo hacerlo así?
Porque cuando una persona tiene un “corazón limpio”, una “buena conciencia” y una “fe no fingida” puede amar como Dios ama. Así que el fruto de estas tres cosas es el amor. Cuando no tenemos estas tres cosas en nuestra vida, entonces no puede “nacer” el amor.


-1- ¿Cómo tengo un corazón limpio?
1 Timoteo 2:8
1 Juan 1:9
Pablo enseña que no enojándose o teniendo peleas con otros hermanos o con otras personas.
¿Sabes?, cuando pecamos, nosotros mismo nos damos cuenta que hemos pecado, lo sentimos dentro nuestro. Cada uno lo sabe, como cuando Jesús dice “que lance la primera piedra quien esté libre de pecado”, y cada uno de ellos se retiró sin que Jesús les dijera más; Un día me junte a conversar con un amigo con el cual fuimos compañeros de colegio. Hablamos varios temas, y fue súper bueno. En una pregunta simple que surgió acerca de si yo había estado en tal evento, y yo le respondí que sí. Ese fue el día en que mi corazón dejó de estar limpio. Había pecado y yo no lo había quitado. ¿Cómo lo quitaría? Tenía que pedir perdón a Dios y a mi amigo. Pasaron unos días para darme cuenta y ver la urgencia con lo que tenía que tratar mi pecado. Me costó hablar con mi amigo. Tenia vergüenza, pero sabía que era lo correcto para estar con Dios y tener un corazón limpio. Le dije a mi amigo lo que había mentido y que me sentía muy avergonzado de haberlo hecho. Le pedí perdón y pensé que él se enojaría mucho, hasta ni me hablaría. Pero no fue así. Hoy en día hablamos y no hay mentiras. Nunca más quiero mentir, porque el sentir el corazón sucio de pecado es algo extremadamente separador. Construye una barrera entre Dios y yo. Y ese corazón solo lo conoce Dios y uno mismo.


Confesamos nuestros pecados “específicos”, no las excusas. Así que cada uno de nosotros puede saber si tiene un corazón limpio cuando nos enfrentamos valientemente a las escrituras.


-2- ¿Cómo tengo una buena conciencia?
Hechos 23:1
Romanos 9:1
Obedeciendo las Escrituras. Pablo era un discípulo como yo y tu, y toda su vida cristiana la vivió con una conciencia limpia, no dejó que la suciedad del pecado permaneciera en el.
La conducta que llevamos debe ser verdadera, sin mentiras, sino viviendo en la verdad. No tenemos nada que ocultar, porque el que oculta algo no está en la luz. Recuerda la Escritura de Hebreos 4:12-13, Dios es luz y no tiene compañerismo con la oscuridad. Hermano: ¿Tiendes a mentir? No hay razones para hacerlo. Es pecado y totalmente dañino, tiene consecuencias en esta vida y la venidera. El que miente es satanás y sus hijos, mira la esta Escritura de 1Juan 3:8-10.
Jesús tuvo siempre una buena conciencia, así que podemos aprender de su conducta y cómo vivirla en nosotros. Debemos hacerle caso a nuestra conciencia. Si nos acusa, debemos limpiarnos arrepintiéndonos y buscando la santidad.


-3- ¿Cómo tengo una fe no fingida?
Hebreos 11:1, 6
Mateo 8:6-9
Juan 12:42-43
Creer que solo Jesús es el único capaz de sanar y salvar. Tener la absoluta confianza cuando no se ve nada, porque cuando algo se ve venir ya no es fe.
Tener una fe no fingida es buscar la gloria que da Dios. Los honores de hombres no tienen valor alguno.
Esta fe te lleva a tener una real relación con Dios. Reflexiona en esto, pues es mas profundo de lo que se pueda describir con palabras.
Dios amó a Jesús. Jesús amó a los discípulos. Los discípulos se aman unos a otros.

“En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos… Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.” (1 Juan 3:16-18)

Hermanos: hemos nacido de Dios por medio de su Palabra. Así nos hemos bautizado y tenemos convicciones de acuerdo con la Palabra de Dios. Por eso vayamos a las Escrituras y escuchemos las palabras suyas. Aceptémosla humildemente y con determinación. Es un privilegio ser conducidos por Dios, aprovechémoslo. Jesús ya está por regresar.

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