¿QUÉ LE PASÓ A SAULO DE TARSO?

¿Te ha pasa que cuando hablas de Dios con alguien se aleja de inmediato? Comúnmente no quieren escuchar o siguen la conversación solo por agradarte. Creen en Dios pero no les interesa hablar de Dios… contradictorio ¿no?


Bueno, hoy vamos a estudiar la vida de Pablo y cómo fue su conversión al cristianismo. Para esto déjame contarte algunas cosas acerca de Pablo y así podremos entender más profundamente qué fue lo que le hizo cambiar tan drásticamente.

Pablo nació en “Tarso”, y eso le dio una oportunidad de estar en contacto con la cultura más avanzad de su tiempo. Tarso era una ciudad universitaria que se destacaba por su cultura y sus filósofos estoicos. Habías muchos centros de estudios filosóficos, bibliotecas, universidades entre otras, que hasta se parece a Viña del Mar. “Estrabo”, un famoso geógrafo griego alababa a Tarso por su interés tan grande en la educación y en la filosofía.

Pablo, como su padre, tenía la ciudadanía romana, un privilegio muy distinguido. No cualquiera tenía tal privilegio.

Era un erudito, estudioso y talentoso, bien conocedor de la cultura griega y del pensamiento helénico.

Dominaba 3 idiomas, usaba muy bien el griego. Conocía de muchos libros, poesías… Incluso cuando predicaba hacía uso de las frases de los poetas menos conocidos, pero muy bien estudiados por el. (Arato, Cleanto Hch17:28; Menandro 1Co15:33; Epaminondas Tito1:12)

Su educación fue judía… Y te he contado antes cómo era eso: los niños judíos comenzaban sus estudios a la edad de 5 años y se aprendían de memoria el Pentateuco; pasaban a un segundo nivel donde memorizaban todos los libros del Antiguo Testamento; y a los 15 años de edad iban tras un rabino para aprender todo sobre él y mucho más.

Bueno, Pablo siguió la estricta doctrina de los “fariseos” bajo el entrenamiento de Gamaliel, uno de los rabinos más prominentes de la época.
Pablo afirmaba que no solo era fariseo, sino que hijo de fariseo
Él aventajaba a muchos de sus contemporáneos. Era mucho más celoso de las tradiciones que sus propios compañeros.
Era un líder religioso, enseñaba a otros jóvenes y grandes.
Era muy apasionado y aguerrido en todo lo que hacía.

Hay una antigua descripción tradicional de Pablo que lo presenta como “un hombre de péqueña estatura, cejijunto, de nariz larga, calvo, de piernas arqueadas, fornido, lleno de bondad pues a veces tiene aspecto de hombre y a veces su rostro parece un ángel”.

Te cuento estas cosas para que percibamos a Pablo como un tipo común y corriente., que no tiene nada destacado en su figura o un cuerpo fenomenal. Él podría pasar desapercibido en medio nuestro. Fue un gran discípulo, y tu vas en el mismo camino. Yo me imaginaba a Pablo como un hombre grandote, alto, musculoso, con voz ronca y grave, etc… Pero esto me hace verlo más como uno de nosotros.

Acompáñame a leer su historia en: Hechos 9:1-26

¿Sabes qué? Mi vida se parece en parte a la de Pablo:

Tuvo una vida religiosa antes de ser discípulo, oraba a Dios, creía en Dios, no aceptaba a Jesús, parecía muy celoso de las cosas de Dios…

Hablando con un hombre hace unos días, lo invité a nuestra iglesia, pero él me miró y dijo: “difícil es que yo asista a tu iglesia por un par de razones: primeramente tengo que conocerte a ti y a cada uno de los que están en tu iglesia para estudiarlos y darme cuenta si es verdad o no de que lo que dicen es lo que viven”.

Así vemos hoy en día, la gente no necesita y no anda buscando buenos habladores, sino “credibilidad”.

Tu ejemplo personal, tu conducta y cómo te comportas mostrará si en realidad hubo una conversión en tu vida. Como lo que le sucedió a Pablo.

Hoy quiero compartir contigo el cambio tan radical de Pablo que se muestra en 4 áreas de su vida después de un encuentro profundo e íntimo con Jesús:

1.- El Carácter de Pablo transformado
2.- La Relación con Otros transformada
3.- Su Mensaje transformado
4.- Su Misión transformada

Veamos el primer punto:

1.- Carácter:
Estudiosos de la Biblia describen a Pablo antes de ser cristiano como un hombre:
- Intolerante
- Amargado
- Perseguidor, casi neurótico
- Fanático religioso, frenético
- Orgulloso
- Temperamental
¿Has conocido personas así? En tu trabajo, en tu escuela, en el barrio, quizás tu vecino, o más cerca aún, tú mismo.

Yo conozco a varios profesores así en la universidad, y también hay un compañero así. Es muy difícil entablar una conversación con ellos pues simplemente tu estás equivocado pero ellos tienen la razón absoluta.

Antes de ser un cristiano andaba por el colegio así, orgulloso y amargado. Parecía que era como una moda donde quien andaba más amargado era el más “cool”. No quería relacionarme con las personas, andaba más bien solitario.

Generalmente heredamos parte de este carácter de nuestros padres. Traemos muchas cosas del pasado.


Pero mira estas escrituras que describen un parte el carácter de Pablo después de conocer a Jesús: 1 Tesalonicenses 2:7-11 Filemón 1:18, 23-24
- Bondadoso
- Paciente
- Sufrido
- Amable
- Tierno, amoroso
- Atento, servicial

Pablo pasó de ese carácter oscuro y desagradable a amar a las personas, incluso a saber trabajar en equipo (no individualmente), tal como Cristo.

Pregunta: ¿Cómo es tu carácter hoy en día? ¿Más parecido a Cristo o más parecido a como eras antes?



2.- Relación con otros:
Vemos estas escrituras: 1 Corintios 9:19-23 2 Timoteo 4:19-21
Pablo aprendió a amar a las personas, independiente del país que fuese.

Se esforzaba en hacer amistad con los hermanos y con todos, porque quería ayudarlos a conocer a Jesucristo. Antes la gente le tenía miedo, los cristianos arrancaban de él, y sus compañeros quizás ni lo soportaban tan legalista y amargado que era. Ahora podía trabajar en equipo sin temor ni miedo, sino con mucha confianza y amor. Ahora no querían despegarse de él, sino que lo buscaban pues era como un padre o madre con sus hijos. Antes no tenía amigos, ahora tenía miles y de distintas razas.
Pregunta: ¿Hoy en día: te cuesta relacionarte con las personas? ¿Se acercan a ti para hacer amistad o conversar?... (Pues si no es así, vamos a trabajar en eso para que sea un testimonio para otros…)

3.- Mensaje:

Acompáñame a leer: Hechos 9:19-20 Hechos 18:5 Romanos 5:6-8
Pablo era un prominente líder religioso entre los fariseos. Enseñaba a jóvenes y al pueblo muchas cosas de las que después tuvo que arrepentirse.
Él se esforzaba por cumplir la ley y las tradiciones de los antepasados al pie de la letra como el único medio de obtener la salvación y estar junto a Dios. Pero no aceptaba que un tal Jesús diga ser el mesías, el enviado de Dios. PERO su mensaje ahora decía que debían acercarse a Dios únicamente por medio de Jesucristo.
Pablo dejó de hablar lo que hablaba. Cambió su lenguaje y lo que transmitía.

Para mi ha sigo igual. Mi lenguaje dejaba mucho que desear, era bastante grosero con mis compañeros, trataba a las mujeres con frases de doble sentido y denigraba a las personas cuando quería burlarme. Tampoco sabía lo necesario para acercase a Dios de una forma verdaderamente real. Más, cuando me vi frente a frente con Cristo y con otros discípulos pues entendí el verdadero mensaje, aprendí a hablar con las personas sin tener que recurrir a groserías ni burlas. Ha sido espectacular, pues nunca pensé que eso cambiaría, pero es posible.

Pregunta: ¿De qué temas hablas con tus amigos? ¿Sigues teniendo el mismo lenguaje que antes? ¿Sigues desanimando con tu mensaje?

4.-Misión:
Acompáñame a: Colosenses 1:28-29
Pablo era un fariseo (como un Juez de la actualidad, que decide situaciones de las personas conforme a la “ley”), donde enseñaba y juzgaba litigios dentro del pueblo. Perseguía a los cristianos y tenía que meterlos presos. Debía buscar a todo aquel que hablaba del nombre de Jesús. Esta era la misión de Pablo.
Mi misión en la vida… ehhh… mmmm…. En realidad ni siquiera tenía una misión, ni siquiera me lo habría preguntado. Creo que simplemente vivía el día a día.

Pablo ahora era un hombre amoroso y comprometido para presentar a las personas perfectas ante Dios. Andaba en busca de hombres y mujeres convirtiéndolas en discípulas de Jesús. Mi misión es traer a otros a Cristo, ser un pescador de hombres y hacerlos discípulos de Jesús.
“Tu misión es a lo que te dedicas por el resto de tu vida”.

Pregunta: ¿Cuál está siendo tu misión hoy en día? ¿Trabajar para obtener dinero y pagar tus cuentas, o conseguir un pasaje que me sacará de este lugar? ¿O estudiar y estudiar?

He visto a muchos vivir así, enfocados en estas cosas. Ni tienen tiempo para las reuniones con la iglesia, ni mucho menos pasar un tiempo con un hermano. ¿Por qué? “Porque los estudios o el trabajo me están consumiendo mucho tiempo…” “Es que tu no me entiendes”

Sabes qué amigo… es difícil cambiar de reputación, y la de Pablo era terrible.
Pero si te das cuenta Dios no desperdició ningún rasgo de Pablo: su trasfondo religioso, su preparación académica, su ciudadanía, su nacionalidad, su mente, su inteligencia, incluso sus debilidades.


Dios quiere usar todo lo que has vivido para engrandecer su Reino. No lo has vivido en vano, sino que está de acuerdo al plan de Dios.
¿Estás dispuesto a que Dios use tus dones, tus talentos, tu pasado y toda tu vida para ayudar a que otras personas se acerquen a Cristo?

Quiero terminar leyendo esta última escritura: 2 Timoteo 4:6-8
Ya no hay más registros ni cartas escritas por Pablo, ésta es la última, y han pasado alrededor de 30 años en la fe de Pablo. Él estaba apunto de morir, estaba en la cárcel y sabía que le había llegaso su hora. Pero quedó por siempre marcado por Cristo.

Puedo haber dedicado su vida a otra cosa. Sin embargo hasta su muerte la dedicó al servicio y ejemplo para los hermanos y aún a aquellos que aún no eran cristianos.

Pero: ¿Qué le hizo cambiar tan drásticamente?
No sabemos muchos datos. No sabemos qué fue exactamente lo que pasó camino a Damasco. No sabemos los factores psicológicos del momento. Lo único que sabemos es que Pablo era algo que después de ese encuentro con Jesús dejó de ser. Hubo un cambio tan radical, tan impresionante en todas las áreas de su vida. Algo impactó el corazón de Pablo al ver a Jesús. El resto de su vida la dedicó a Jesús, tomó el sueño de Cristo y lo hizo suyo. Hasta murió por ese sueño.

¿Quién moriría por algo de poco valor? ¿Quién dedicaría su vida a un cuento inventado por personas escrupulosas? ¿Quién estaría dispuesto a dar todos sus dones y talentos, todo su tiempo y recursos a alguien que no conoce?


Amigo, si no conoces a Dios o vienes por primera vez, pues quiero dejarte estas preguntas para que pienses un poco en ese testimonio.
Si estás estudiando la Biblia, quiero animarte a perseverar. Busca conocer profundamente lo que mueve el corazón y toda la vida de un discípulo. Enfócate en Cristo.
Tú que ya conoces la verdad de Dios, pero le has dejado de lado… Pablo no podría haber vivido una vida tranquila sabiendo todo el amor derrochado. Yo tampoco podría vivir feliz sabiendo que hay una vida mucho mejor.
Y tú, discípulo. ¿Es tu pasión por las cosas de Cristo más fuerte que al principio? ¿Es tu servicio mayor que al principio? ¿Es tu amor por las personas más fuerte hoy?

Vamos a esforzarnos, vamos a pelear la batalla, vamos a confiar y vamos a buscar que esos tiempos con Jesús sean tan profundos e íntimos que se refleje en nuestro carácter, en nuestra relación con otros, en nuestro mensaje y en nuestra misión. Amén.

¡A Dios sea toda la Gloria!

(Clase de Servicio Dominical, 22 Agosto 2010)